jueves, febrero 07, 2008

Cloverfield


Ayer fui al cine Kinépolis a ver Cloverfield (título traducido aquí como "Monstruoso"..."Cloverfield" debió de parecerle a alguien un título poco vendible y después de horas y horas estrujándose la cabeza decidió que era más guay "Monstruoso"): es una auténtica pasada, os recomiendo a todos que vayáis a verla. Fue una de esas (por desgracia) escasas veces que salí del cine con la sensación de haber visto algo diferente, original, y que pasará a ser inmediato objeto de culto por parte de los auténticos aficionados al cine.

Todo lo que sucede en la película se nos presenta a través del objetivo de la cámara casera que lleva uno de los protagonistas. Esto hace que nos sintamos como unos invitados de lujo, como si estuviéramos viviendo los hechos en primera persona. Esta técnica ya se ha utilizado antes en varias películas, como por ejemplo The Blair Witch Project, pero aquí se hace de una forma tan magistral que convierte este aspecto en algo fundamental y en la base de todo lo demás: si se hubiese excluído el uso de una cámara casera para ofrecer al espectador las imágenes, "Monstruoso" hubiera sido demasiado parecida a King Kong o a Godzilla.

El uso de la cámara casera también ayuda a transmitirnos una sensación de absoluto realismo, que contrasta de una forma increíble con las imágenes de un monstruo de tamaño descomunal y que puede ser cualquier cosa menos real. Así, el efecto producido en el espectador es el de tener la sensación de estar viendo unos hechos que han sucedido realmente, pero que sabe que es imposible que así sea. Es como mezclar lo real con la peor de las pesadillas posible: como unir dos mundos separados mediante el uso de una cámara casera. Que el realismo ha sido una máxima a la hora de dar cuerpo a la película es algo evidente: casi al principio del film, cuando cae la cabeza de la estatua de la Libertad en medio de la calle, la gente que está alrededor lo primero que hace es acercarse y empezar a sacar fotos con sus teléfonos móviles. Creo que ésto es exactamente lo que pasaría si ocurriera de verdad. En general, las reacciones de los personajes que aparecen a lo largo de la película son bastante creíbles, nadie reacciona en plan héroe-salvador-de-la-humanidad. Sólo son personas de carne y hueso. Y todo ésto hace que te identifiques con ellos.

Otro de los aciertos más grandes ha sido también el reducido número de segundos que aparece en pantalla el monstruo: creo que si se hubiera abusado de ésto, si el monstruo hubiera estado apareciendo constantemente, al cabo de un rato éste habría pasado a convertirse en un personaje más de la película, habría dejado de ser algo desconocido e indeterminado para pasar a ser un alien o, de nuevo, un King Kong más. El hecho de prácticamente no ver al monstruo en toda la película hace que seamos nosotros los que imaginemos su aspecto, su ferocidad, su deformidad. Imaginar es a veces mucho peor que ver. Y el director lo sabe.

Pero no imaginéis que habéis visto esta película, y hacedlo de verdad. No os arrepentiréis.

Enlaces de interés:

Web oficial de Cloverfield
Trailer oficial en HD
Cloverfield en la Wikipedia


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