lunes, mayo 22, 2006

Tiempo


Tiempo...casi puedo sentir cada segundo que pasa de mi vida.... cada uno de esos segundos que ya no volverán nunca. Pensamientos, sensaciones, emociones, lugares, momentos que no se volverán a repetir. Podrán quizás ser parecidos, pero nunca serán los mismos otra vez.

Entonces pienso en mí y en la gente que me rodea. Aquí en mi oficina, pero todas las oficinas son iguales. Todas son copias unas de otras. Nada cambia.

Veo a la gente mirando a las pantallas de sus ordenadores. Es como si nadie se parara a pensar en el tiempo que les queda aquí. Sé que lo hacen. Algunos muchas veces, otros no tantas. Pero todos lo hacen. Sin embargo, nos engañamos a nosotros mismos, intentamos auto-convencernos de que nos queda mucho tiempo aquí, de que haremos todo lo que siempre soñamos. Es la única forma de poder seguir llevando nuestras vidas rutinarias y sin sentido. Pero es mentira. El tiempo pasa deprisa, sin compasión. Quiere llevarnos con él y no espera.

Qué pasaría si todos lleváramos en la cabeza una especie de cronómetro con una cuenta atrás activada, donde apareciese reflejado el tiempo exacto de vida que nos queda, desde que nacemos?

Nos volveríamos locos. O quizás no. Todos querríamos dejar ese trabajo que no nos llena. Querríamos pasar más tiempo con la gente con que deseamos estar. Ir más a menudo a los sitios en los que nos sentimos bien. Besar más a nuestra pareja, decirla más veces Te Quiero, acariciarla, sentir su piel, su vello, mirar sus ojos...esos ojos que podrían estar mirando a cualquier otra parte y que sin embargo están mirándo a los nuestros, en ese preciso instante.

Sin embargo...nadie hace nada. Todos seguimos haciendo las mismas cosas cada día por pura inercia. Nuestra vida es como cada una de las piezas de esos montajes formados por una pequeña bola de metal y cientos o miles de piezas de dominó... la bola se mueve y choca contra la primera pieza....ésta choca con la segunda...y así van cayendo todas las piezas, una a una. Cada una de esas piezas es un segundo de nuestra vida que hemos dejado atrás. Y la bola es esta mierda de mundo que nos hemos construído, que no para de chocarnos y de empujarnos contra la siguiente pieza, sin que nos demos cuenta. Compramos cosas que no necesitamos, tenemos trabajos que no nos interesan ni nos gustan, pasamos la mayor parte del día rodeados de perfectos extraños a los que tenemos que ver por obligación, en el trabajo. Comemos con ellos también. No vemos el sol, no sentimos el viento acariciándonos la cara, los brazos, el pelo... no conocemos gente interesante, no vamos a sitios nuevos ni pedimos platos nuevos porque siempre vamos al mismo sitio a comer, al que más cerca está o al más barato. Apenas nos relacionamos entre nosotros, sólo hablamos hablamos hablamos hablamos y hablamos...pero nunca decimos nada. Esta es la vida que nos han dicho que tenemos que llevar. Se supone que es para ésto para lo que nos han educado. Esto es el éxito. O no? Qué extraños somos.

Y mientras tanto...desperdiciamos lo más valioso que se nos ha dado: la vida. La verdadera vida, lo que nos hace seres humanos, lo que de verdad amamos ... sigué ahí fuera esperándonos. Mientras, nosotros lo único que hacemos es intentar ganar dinero a toda costa, porque lo necesitamos para vivir. O al menos lo necesitamos para vivir porque ási hemos diseñado la bola que nos empuja.

Dicen que el tiempo pasa más rápido o más despacio en función de los recuerdos que hemos ido almacenando en nuestra memoria durante un determinado período de tiempo: cuantos más recuerdos tengamos de ese período, más despacio para nosotros habrá pasado ese tiempo. Y al revés: si no hemos guardado ningún recuerdo durante X tiempo, ese tiempo habrá pasado como un suspiro para nosotros. La pregunta sería: cómo podemos entonces conseguir que el tiempo pase más lento para nosotros?

- Recordando -

Y qué es lo que recordamos? aquello que ha despertado alguna emoción en nosotros en el momento en que sucedió. Si le preguntamos a una persona anciana qué recuerdos son los que tiene más vívidos en su memoria, siempre se remontará a su infancia o como mucho a su adolescencia y juventud. No nos dirá que recuerda algo de cuando tenía 40 ó 50 años. Por qué? porque es en la infancia y en la adolescencia cuando hacemos las cosas por primera vez. Y estas primeras experiencias despiertan emociones en todos nosotros. Y las emociones, provocan recuerdos en la memoria.

Así que lo único que tendríamos que hacer para que el tiempo transcurra más despacio desde nuestro subjetivo punto de vista sería variar de actividad cada poco tiempo, tener muchos hobbies distintos, viajar muchísimo, conocer sitios nuevos, gente nueva...en definitiva tener nuevas experiencias todos los días. Pero claro, entre las 4 paredes de la oficina es un poco difícil llevar a cabo todo ésto.

Sólo unos pocos afortunados o quizás unos pocos valientes han conseguido evitar la inercia que en algún momento amenazó con dominar su existencia. Se enfrentaron al miedo que infunde el no tener un futuro claro y determinado por delante, y decidieron dedicar su tiempo a lo que realmente les gusta. A su novia, a su familia, a sus amigos, a tener en definitiva tiempo para ellos. Para mí, son como héroes. Son sabios. Nosotros no somos nada. Sólo somos un número en una cuenta bancaria. Somos actores interpretando una obra de teatro durante la mayor parte del tiempo. Unos idiotas que no se dan cuenta de que la vida se nos escurre entre los dedos como la arena de una playa abandonada muchos años atrás...olvidada por todos. Sobre todo por nosotros mismos. Somos imbéciles y ni siquiera nos hemos dado cuenta. Y seguro que cuando lo hagamos, será demasiado tarde.

Miremos en nuestro interior...encontrémonos a nosotros mismos...miremos más allá de las barreras que nosotros mismos nos hemos puesto para intentar parar esa bola de metal que nos empuja hacia la muerte a cada segundo que pasa...o al menos para frenarla. Acerquémonos a los demás, hablemos menos y digamos más cosas. Sintamos más. Pongámonos en el lugar del otro. Dejemos que la empatía fluya desde nuestro interior y no la obstruyamos. Dediquémonos a lo que nos gusta, aunque ganemos una mierda y seamos una puta mierda para aquellos a los que la bola sigue empujando sin piedad.... Vivamos...

... porque mientras tanto, las piezas del dominó siguen cayendo .... una a una.... lentamente.... y la última pieza está cada vez más cerca.


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jueves, mayo 18, 2006

Fúrgol

Hoy, el mundo es un poco más feliz, es sin duda un sitio mejor para vivir.

Ayer miércoles, encendí el TV (cosa que no suelo hacer habitualmente) un momento por la noche, alrededor de las 11:30 o las 12, y pude ver a un enorme grupo de personas, creo que dijeron que eran unos 100.000, dando gritos y festejando como auténticos locos, enfervorizados, algo que había sucedido minutos antes. Mirase a donde mirase, no veía otra cosa que no fuera gente de todo tipo, edad y condición, pegando gritos y dando saltos de alegría con botellas en la mano y abrazándose los unos a los otros.

Pensé:

- Vaya, habrán descubierto la cura contra el cáncer de una maldita vez? vaya, parece que no

- Será quizás que USA ha decidido dejar de torturar y matar gente en Irak? más bien no

- Bueno, sin duda se debe a que cientíticos americanos han descubierto por fin la "Teoría del
Todo", la teoría que vendrá a unir la relatividad general con la mecánica cuántica...pues no

- Claro, seguro que es porque han descubierto la forma de terminar con los millones de niños que mueren de hambre en el mundo todos los años...resulta que NO

- No pasa nada..tranquilo Sergio..ya sé lo que celebran 100.000 personas un miércoles a las 12 de la noche, que tonto he sido....es porque han descubierto ya quién se cargo a 192 personas el 11-M.....hmm...NO:

.... pero entonces .... qué cojones era lo que esa gente celebraba?...

.... que un equipo de fútbol, da igual cuál, había ganado un campeonato, da igual cuál....

Qué espectáculo más surrealista...miles de personas congregadas porque un señor de algún remoto país africano o sudamericano o de Dios sabe dónde ha metido un gol...woah...impresionante noticia.A quién le importa todo lo demás? A nadie...lo importante es que un camerunés, o español, o de dónde sea, ha metido un gol.

Y entonces todo ésto me llevó a pensar en algo que hace que todo sea aún más surrealista si cabe:Por qué los equipos se llaman Real Madrid o F.C Barcelona, cuando en esos equipos, jugadores que provengan de esas ciudades hay 2 ó 3?Por qué el Barcelona no se llama F.C del Camerún y Brasil o el Real Madrid no se llama "Real Club de Fútbol Internacional" ?
Cómo puede un catalán o un madrileño identificarse con un señor que ha nacido y vivido toda su vida en un país al que probablemente no sabría ni situar en un mapa?

Creo que la respuesta es: aceptación e inercia

Me explico:

Aceptación, porque en un país donde la gente sale a la calle por miles, a manifestarse porque un arbitro ha sancionado a un jugador (http://www.redclic.es/julia/columna02.html), o donde 100.000 personas salen a la calle a las 12 de la noche porque "su equipo" ha ganado no sé qué, si quieres sentirte aceptado e integrado un buen camino para empezar es que te guste, que te apasione, que te haga vibrar el fútbol.Así, te sentirás uno más. Y a todos nos gusta sentirnos aceptados, ser parte de un grupo.Qué importa qué sea lo que nos haga sentirnos parte de ese grupo. Lo importante es pertenecer a él. Sino, pasamos a ser distintos. Y eso no mola. Lo que mola es SER del grupo. Lo que mola es poder salir a la calle y gritar, y beber mucho, y decir cuantas más tonterías y cuanto más alto mejor. Que se nos oiga, coño. Y como no somos los únicos, como a nuestro alrededor hay varios miles de gilipollas más como nosotros, pues mola mucho. El resto, qué más da. Si total aquí estamos 4 días.

Inercia, porque a la mayoría de la gente que conozco a la que le gusta el fútbol, o sea un 95% del total, a su padre también les gusta y además es del mismo equipo. Es rarísimo encontrar a alguien cuyo padre sea de un equipo distinto al suyo, o a alguien cuyo padre sea de los miles de gilipollas que contaba antes y que a él no le guste el fútbol. Normal...si desde antes de quitarte los pañales ya te están sentando delante del TV a ver los partidos de "tu" equipo...luego de mayores no saben ni quién son, pero eso sí, son de tal o cual equipo de fútbol.

Quizás algún día, encienda el TV un míercoles entre las 11:30 y las 12 de la noche...y quizás, sólo quizás, vea a unas 100.000 personas celebrando una sola de las cosas con las que comenzaba este post.

Aunque algo me dice que eso no ocurrirá jamás.

Mientras tanto, todos esos gilipollas seguirán dándome el mismo asco que hoy.



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miércoles, mayo 10, 2006

El Formulario

Hoy os voy a contar una bonita historia que me pasó hace algunos años... 7 para ser exactos. En ésa época yo no sabía muy bien qué hacer con mi vida. Sabía que me gustaban los ordenadores, sí, pero en la universidad no había visto nada que me hubiera interesado ni lo más mínimo. Más bien al revés: algunos días me quedaba dormido en las clases, otros simplemente prefería quedarme en el jardín del campus y no llegaba a poner un pie en las aulas en todo el día. A pesar de llevar rodeado de ordenadores desde los 8 años, la universidad nunca me interesó.

Llevaba dos años encerrado en casa, ni estudiaba ni trabajaba, me pasaba el día leyendo páginas web de cualquier tema, chateando en el IRC (http://es.wikipedia.org/wiki/IRC) con amigos a los que sólo había visto en la pantalla de mi ordenador, viendo películas y leyendo toda clase de libros.

En defnitiva, el mundo me sudaba la polla.

El lunes era igual que el domingo y sería igual que el martes. Los días, las semanas, los meses, volaban. Es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando no haces nada. Parece que debería ser al revés, que deberías aburrirte mucho y que el tiempo debería avanzar ralentizadamente...pero no es así.

Un día, mi madre, harta de verme todo el día en casa y sin ningún futuro por delante, me dijo que hiciera algún curso de algo que me molara...de lo que me diera la gana...y que ella me lo pagaría. Y eso hice. Me puse a buscar en los periódicos anuncios de academias y vi uno que me interesó bastante: Master MCSE de Microsoft. Algo así como “Ingeniero de Sistemas Certificado por Microsoft”. Sonaba de puta madre. Bien, pensé, ésta puede ser una buena salida para mi anodina vida.

Mientras escribo esto, en esta puta oficina apestosa y donde hay unos 35 grados centígrados que hacen que se te atrofie el cerebro, una chica que se sienta a unos 5 metros de mí acaba de levantarse de repente de la silla dando un salto y se ha puesto a bailar y a cantar en voz alta una conocida canción de Operación Triunfo que suena en unos auriculares que lleva metidos en los oídos... se le ha ido la olla sin duda alguna, tal vez por el calor que hace aquí, pero me gusta, al menos parece que todavía queda algo de espontaneidad en esta putrefacta ciudad. Pero bueno, sigamos con la bonita historia que os estaba contando:

Durante 3 meses asistí al master puntualmente, por primera vez estaba estudiando algo que despertaba mi interés. No todo lo que dábamos en el curso, pero sí muchas cosas. Cuando terminé, me puse a buscar trabajo. Eché docenas de currículums, y un día me llamaron de una empresa, no pongo el nombre real porque no me acuerdo:

- hola, el señor Sergio de las Heras por favor?

(es una voz de mujer, de las que yo llamo “robotizada”...te hablan como si fueran un robot, como si hubieran ensayado 200.000 veces antes la entonación que tienen que usar para dirigirse a ti)

- soy yo

- le llamamos de la empresa Pepito Consulting. Tenemos aquí su (impresionante) currículum. Sigue interesado en trabajar en nuestra compañía?

- err...sí, claro...

-bien, cuándo podría pasarse por aquí para una entrevista?

-hmmm...bueno... (hago como que tengo que pensar en la multitud de compromisos y otras entrevistas a las que debo asistir...aunque en realidad no tengo otra cosa que hacer más que seguir tocándome los huevos como hasta ahora) no sé, cuándo les vendría bien a ustedes?

- mañana?

- (mañana? joder qué prisas tienen éstos) vale...a qué hora?

- a las 9 ¿

- (joder a las 9...no me jodas hombre, no me hagas madrugar hija de puta, es que no tiene más horas el día o qué? pero qué hija de puta estás hecha) vale, a las 9

-perfecto, nos vemos entonces mañanas a las 9. Apunte la dirección. Bla bla bla bla.

- Vale. Hasta mañana entonces

Al día siguiente, llego al sitio con unos 15 minutos de adelanto.Si algo no quiero, es llegar tarde. Pero en algún sitio he leído que no da buena imagen presentarse antes de la hora a la que te han citado, así que decido encenderme un cigarrillo y esperar fuera hasta las 9 en punto. Mientras espero leo mi currículum....joder, que asco de currículum...no he trabajado en mi puta vida y tengo casi 25 años.

Son las 9,así que entro en el edificio. El sitio es muy pequeño, nada más entrar, a mi izquierda, hay una secretaria de unos 40 años sentada a su mesa y aporreando el teclado de un ordenador. Justo enfrente de la secretaria, hay varias sillas tipo “pupitre”, como las que había en el colegio al que iba de pequeño. Esas sillas que tienen acoplada delante una mesa que va unida a la silla. Un poco más allá, la puerta cerrada de un despacho. Pienso que será ahí donde me entrevisten.Me dirijo con seguridad en mí mismo hacia la mesa de la secretaria...pisando fuerte...eres la ostia Sergio....la puta ostia...has estudiado mogollón toda tu vida para ver llegar este momento..este es el principio de una carrera profesional larga y llena de ascensos...eres la puta ostia tío, una máquina, el mejor....harvard es una puta mierda al lado tuyo... tienes 25 años y no has trabajado en tu puta vida, pero qué más da...siempre hay una primera vez para todo.

Estoy ya enfrente de la secretaria. Ella parece no haberse percatado de mi presencia, porque sigue tecleando furiosamente en el ordenador. Así que tengo que hacerme notar, decido empezar la conversación de una forma locuaz e inteligente...pero lo único que me sale es:

-hola

por fin gira la cabeza y me mira directamente a los ojos

-hola, en qué puedo ayudarle?

El tono de voz que emplea en persona, es exactamente el mismo que el que oí cuando hablamos por teléfono el día anterior.

-soy Sergio de las Heras... la puta máquina, el mejor, el número uno.... no...eso no puedo decírselo... soy Sergio de las Heras, venía para una entrevista, hablamos ayer por teléfono.

-Sergio de las Heras....Sergio de las Heras.... de las Heras..... repite, mientras rebusca entre una montaña de papeles, supongo que de currículums como el mío. Sí, aquí está, dice mientras me sonríe.

-Siéntese en una de esas sillas y rellene este formulario, por favor, dice sin dejar de sonreír.

Lo cojo y me dirijo a uno de los pupitres. Me siento transportado hasta mi época del cole, cuando le tirábamos bolas de papel al profesor que estaba en la pizarra, utilizando bolígrafos BIC vacíos a modo de cerbatana. Es un flashback en toda regla. Puedo sentir casi hasta el olor de la plastilina y de las témperas de las clases de trabajos manuales. Esas clases me marcaron para el resto de mi vida: los trabajos que a veces tenía que hacer en casa y luego presentar en clase a todos los niños y la profesora eran siempre una puta mierda en comparación con los que llevaban el resto de los niños de mi clase. Desde entonces no he sido capaz ni de usar unas putas tijeras para recortar algo.

Cuando intento entrar en la silla hay un pequeño problema: he crecido un poco desde entonces: mido 1.86 y peso 82 kilos, así que tengo que hacer auténticos ejercicios de flexibilidad para conseguir acoplarme dentro del pupitre. Durante el ejercicio me doy con los huevos contra una de las esquinas de la mesa del pupitre.
Por fin, consigo sentarme. O más bien encajarme entre la silla y la mesa. Si me pusiera ahora de pie, seguro que el pupitre se quedaría enganchado a mí a la altura de la cintura.

Miro el formulario: nombre, apellidos, dirección, telefono, experiencia laboral, conocimientos de informatica, idiomas..

Sin haber rellenado ni un solo dato, me desencajo del pupitre como puedo, y voy hasta donde está la secretaria.

- hola. Verá, es que estoy mirando el formulario que me ha dado, y veo que contiene exactamente los mismos campos que el currículum que les envié.

- ha rellenado ya el formulario?

- no

- cómo que no? Por qué?

- es que todos los datos que me piden en el formulario ya aparecen en el currículum que yo les di, no me parece muy lógico volver a tener que repetir mi currículum en un formulario...

- todo el mundo tiene que rellenar el formulario.

- ya pero es que todo eso ya lo puse en el currículum que les mandé...

- no importa, tiene que rellenar el formulario como todo el mundo.

- vale

Vuelvo al pupitre. Ya son las 9:15. Supuestamente la entrevista era a las 9. No pienso rellenar el puto formulario. Para eso les mandé mi currículum, no tengo porqué volver a rellenar un segundo currículum. Es absurdo, y odio los absurdos. Pasa el tiempo. Ya son las 9:30. Sigo esperando en el pupitre. La secretaria sigue tecleando como si fuera lo último que va a hacer en la vida, aporreándolo a una velocidad impresionante. Nunca he visto a nadie que teclee a esa velocidad. Qué habilidad con los dedos, con las manos... su marido debe estar contento. Pasa más tiempo. Son las 9:45. Empiezo a pensar que he hecho el gilipollas yéndome hasta la otra punta de Madrid para ir a esta mierda de sitio. 45 minutos más tarde de la hora de la cita, y sigo esperando.

Ya son las 10 de la mañana. Sigo en el pupitre. Por qué habré venido aquí, joder. Qué puta mierda.

Por fin, la secretaria se acerca a mi pupitre y, muy sonriente, dice:

- ya puede pasar a la entrevista, sígame por favor

La sigo, aunque dado el tamaño del edificio tampoco es que me pudiera perder. La secretaria abre la única puerta que he visto hasta ese momento aparte de la de la entrada principal, y metiendo sólo medio cuerpo dentro del despacho, dice:

- Señor Pepito, aquí hay una persona que viene a una entrevista

- que pase, oigo desde fuera

Entro en el despacho. Es un cuchitril de 3 x 3 metros. Tras una mesa llena de papeles se sienta un hombre de edad indefinida: puede tener cualquiera entre los 30 y los 45 años, pelo moreno, traje y corbata. Y gordo. Muy gordo. Sebosamente gordo. El tío me cae mal nada más dirigirle la primera mirada. Creo que el sentimiento es mutuo. Me mira de arriba abajo, examinándome. Mi aspecto es impecable: recién afeitado, pelo bien peinado, traje caro, corbata de seda sin colorines, ositos, ni gilipolleces, no me van esas tonterías, zapatos brillantes de lo limpios que están. Pero durante una milésima de segundo alcanzo a ver un gesto de desaprobación en la cara de Señor Pepito. Algo no le ha gustado. Uhhhhhhh qué miedo !! Será por la cara que se me suele quedar cuando alguien me tiene una puta hora esperando?

Sin levantarse de la silla, alarga la mano hacia mí y se la estrecho.

- hola, buenos días. Siéntese por favor, dice mientras señala una silla situada frente a él al otro lado de su mesa.

Me siento. Llevo el formulario en blanco en la mano. El hecho de que no se haya disculpado por atenderme con una hora de retraso ya me predispone en su contra.Además el tío tiene unas maneras demasiado...como lo diría...demasiado solemnes. En vez de jefe de una empresucha parece que se crea el puto presidente de la ONU. Sólo con oir las primeras palabras saliendo de su boca, ya sé que la entrevista se va a desarrollar en un ambiente tenso, estirado, cargante, estúpidamente solemne. Nunca he entendido este tipo de entrevistas: parece como si el entrevistador se sintiera completamente superior a ti, como si el hecho de ir a buscar trabajo ya te hiciera ser una puta mierda, una basura inmunda a la cual el Señor Pepito de turno va a perdonar la vida. Me río de los gilipollas como éste: imbéciles prepotentes que lo único que han conseguido en la vida es un despacho de mierda en una empresa de mierda y haciendo un trabajo de mierda, a los que probablemente sus mujeres hace años que ponen los cuernos con algún otro al que por lo menos puedan ver de vez en cuando y que hace años que no se ven la polla porque su barrigón inmundo, seboso y costroso no se lo permite, pero que se creen emperadores romanos perdonando la vida a los gladiadores en el Coliseo. Es el tipo de gilipollas al que sus compañeros insultaban y daban collejas en el colegio. Pero ahora tiene el poder. Ahora es él quien me va a entrevistar. Durante un rato dejará de ser el gilipollas que siempre es y pasará a ser Pepito El Entrevistador.

- hola Señor Pepito

- me dice su nombre, por favor?

- Sergio de las Heras

- bien, deme el formulario por favor

Se lo doy, y me quedo mirando su cara esperando su reacción. Casi puedo sentir la descarga de serotonina en mi cerebro, segregada instantes antes de una situación que sabemos que va a ser placentera o estimulante.

Señor Pepito mira el formulario con cara de incredulidad, con el ceño fruncido, como extrañado, como si algo en la escena que tantas y tantas veces ha repetido con otras personas antes que yo no terminara de cuadrarle... digamos que está....descolocado.

- perdone, pero no ha rellenado el formulario.

- no, así es.

- y por qué no lo ha rellenado?

- porque todos los datos que me piden en el formulario, ya los puse en mi currículum.

El color de la cara de Señor Pepito empieza a pasar del colorado al blanco... frunce el ceño aún más mientras me mira a la cara. Entonces veo algo bastante extraño: la cabeza de Señor Pepito comienza a girar sobre su cuello...da un giro completo, de 360 grados. Como la niña de "El Exorcista". Una vez la cabeza ha retomado su posición inicial, Señor Pepito vuelve a dirigirse a mí:

- cómo dice??

- digo que todos los datos que me piden en el formulario, ya los he puesto en el currículum.

Señor Pepito carraspea varias veces, se afloja el nudo de la corbata, lee y relee el formulario en blanco, se agita en su mesa, levanta la cabeza y vuelve a mirarme:

- todo el mundo tiene que rellenar el formulario para poder hacer la entrevista...

- me parece absurdo tener que volver a repetir todos los datos que ya figuran en el currículum. Currículum que por cierto, tiene usted a su derecha porque estoy viéndolo desde aquí.

- ya bueno...pero es que tiene que rellenar el formulario si quiere hacer la entrevista.

Decido que ha llegado el momento de poner fin a esta situación, ha llegado el momento de soltar la frase lapidaria:

- no voy a rellenar NADA.

La cara del Señor Pepito tiene el color de un folio en blanco. En su frente empiezan a aparecer gotas de sudor.

- pues entonces no podemos seguir con la entrevista

- pues no seguimos

- bien, entonces aquí terminamos la entrevista

- perfecto, le digo sonriendo.

Me levanto de la silla, le doy la mano y me marcho de allí, dejando la puerta del despacho abierta. Señor Pepito ya tendrá algo que contar a sus nietos, y yo me marcho con una sensación de satisfacción conmigo mismo como hacía mucho tiempo que no sentía. Lo único que me jode es haber tenido que ir hasta allí para eso.

Pero mereció la pena.



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miércoles, mayo 03, 2006

Descenso a Las Profundidades

09:10 de la mañana. Dentro de 20 minutos tengo que estar entrando en la oficina. Estoy sentado en el interior de un abarrotado vagón de metro, leyendo la última novela de Paul Auster, titulada "Brooklyin Follies". Está guapo el libro, como todos los de Auster. Su novela "La Noche del Oráculo", me convirtió en un Yonki de sus libros. Justo delante de mí, de pie, hay una señora de baja estatura, con un claro problema de sobrepeso, que se aferra a una de las barras metálicas que sirven de sujeción cada vez que el vagón toma una curva. Temo que la señora se pueda caer en cualquier momento. Llevo unos auriculares insertados en los oídos que cumplen una doble función: entretenerme con la música, y aislarme del ruido que me asalta por todas partes: el estruendo infernal que producen los vagones del metro en su carrera por las profundidades de la Tierra, el desagradable sonido de silbato que suena cada vez que el vagón reanuda su marcha, las voces a gritos de la gente que viaja en compañía de alguien y con la que van manteniendo algún tipo de conversación, pugnando por superar el nivel de decibelios generado por el vagón y el sonido del puto silbato.
Hoy es día de huelga de los conductores de los vagones del Metro. En lugar de pasar con la misma frecuencia de siempre, los trenes pasan cada mucho más tiempo. La consecuencia inmediata es que si normalmente en cada estación suelen subirse unas 10 personas por vagón, ahora se suben 20. A medida que vamos pasando por las distintas estaciones, el número de gente en el interior del vagón va creciendo exponencialmente. La señora con problema de sobrepeso, ante los empujones que ha ido recibiendo de las personas que la rodean, ha ido pegándose a mí cada vez más. Está cada vez más cerca de mí. Cada vez más y más. Joder está tan cerca que mi cabeza está a punto de quedar sepultada entre sus dos enormes pechos....dos pechos descomunales, gigantes, inhumanos.

De repente me imagino a mí mismo siendo absorbido, atraído hacia el interior de esas dos ubres, todo se nubla a mi alrededor, me falta el aire porque sus tetas no dejan que llegue hasta mis pulmones...me asfixio...me ahogo...AGGGGGGGHHHHHH..........no quiero morir así.....ahogado con la cabeza insertada entre dos tetas gigantes...veo los titulares de los periódicos:" muere en un vagón del metro, asfixiado con la cabeza incrustada entre dos tetas enormes"...no ¡!!.......... entonces la imagen desaparece de mi cabeza y vuelvo a la realidad, al puto vagón de metro que avanza por las profundidades atestado de gente en un día de huelga.

Normalmente el vagón de metro en el que viajo a diario no suele detenerse entre una parada y otra...y suele ir a una velocidad más o menos alta. Pero hoy no. Hoy hay huelga, y ya que la ley obliga a los huelguistas a cumplir unos servicios mínimos en cuanto al número de vagones en circulación, han urdido una estratagema inteligente, audaz, que sin duda les habrá llevado horas y horas o incluso semanas calcular: en las horas punta, cuando la gente como yo va o vuelve del trabajo, los vagones se detendrán constantamente entre una estación y otra, y además la velocidad a la que volarán por debajo de la tierra será aproximadamente la misma que la de un caracol bajo los efectos del cannabis. Así que el vagón se para de repente, antes de llegar a ninguna parada. Unos 5 minutos después, vuelve a arrancar encarnando al caracol fumado. Consecuencia: hoy llegaré tarde al trabajo.

Otros cinco minutos después, el vagón se detiene al llegar a la siguiente estación. Faltan 2 paradas para que tenga que hacer un transbordo y así conectar con otra línea. No pasa nada. Sólo voy a llegar unos pocos minutos tarde al trabajo, me digo a mí mismo. Pero entonces sucede algo: cuando se abren las puertas entra un personaje de unos 1.70 metros de altura, de unos 40 años, gafas , y ataviado con la indumentaria que lucen los empleados de Prosegur, con la cabeza .... hmmm...... un momento....esa cabeza....me recuerda a algo........esa calvicie abarcando completamente la cabeza... ese brillo....joder a qué me recuerda? Pienso yo...... y entonces de repente me doy cuenta de que su cabeza tiene un aspecto inconfundible:

Mi polla. Es igual que mi polla. Bueno, que mi polla con gafas.

Echa una mirada de superioridad alrededor, y dice:

- “Hay avería en la vía, por favor salgan todos del vagón”.

Intento recordar cuándo fue la última vez que me hicieron bajar de un vagón del metro por una avería en la vía...no recuerdo ninguna. Y llevo unos 15 años usando el metro con bastante asiduidad. Pero no, ni una sola. En fin, la vida está llena de casualidades: justo el día que hay huelga, se jode la vía del metro. Por un instante evalúo las opciones que tengo: primera opción, bajarme del metro sin rechistar, y esperar a que pase otro vagón. Segunda opción, atrincherarme dentro del tren, negarme a salir, y darme de ostias contra el empleado de Prosegur. Decido que una lucha contra una polla con gafas sería bastante desigual (me ganaría, sin duda), así que me levanto y abandono el vagón.
A mi lado, oigo como un señor mayor que acompaña a una mujer ciega y a la que también acaban de obligar a salir del vagón de metro empieza a pegar gritos a la poll....digo al vigilante jurado de Prosegur:

- pero usted se cree que soy gilipollas??? Esto es por la huelga de conductores!!

- todo el mundo debe abandonar el vagón, hay avería en la vía

- esto es una vergüenza!! No ve que voy con una persona invidente ¡??? Y ahora qué tenemos que hacer? Cuándo va a venir otro tren??

- todo el mundo debe abandonar el vagón, vuelve a repetir el vigilante.

Seguro que cuando llegue a casa por la noche y su mujer le abra la puerta, dirá:

- Hola María, todo el mundo debe abandonar el vagón

Cuando esté follando con su mujer, dirá:

- Arf, arf, arf !! toma María, toma!! todo el mundo debe abandonar el vagón

Cuando alguien le llame por teléfono y conteste, dirá:

- Diga? todo el mundo debe abandonar el vagón

Me jode ver a la pobre mujer con el bastón de ciega esperando de pie y sin saber por cuánto tiempo, cuando sólo unos segundos antes estaba cómodamente sentada y rumbo a donde quiera que fuese... pero qué puedo hacer... nada.

Como no sé qué hacer ni conozco ningún transporte alternativo, me quedo en el andén rodeado del centenar de personas que unos instantes antes ocupaban los vagones junto a mí. Y entonces sucede algo asombroso: el vagón vacío se pone en marcha y continúa el camino como si nada. En mi fuero interno aún albergaba una mínima esperanza de que la avería fuese real, de que no estuvieran engañándonos como a tontos por su propio interés.... pero esa esperanza se desvanece en un instante.

A mi lado sigo oyendo los gritos del señor que va con la mujer ciega, mientras leo un letrero informativo de Metro que dice:

“Por avería en la vía, el servicio en la línea 3 entre las estaciones Tal y Cual estará suspendido durante 30 minutos”.

La furia se apodera de mí. Empiezo a pensar en la huelga y en los conductores de Metro, esos entes invisibles que nadie sabría que existen a no ser porque cada año te joden con sus huelgas. No se qué cojones querrán cobrar por sentarse en una cabina, darle a un botón, y esperar a que el metro llegue a su destino. No tienen que saber conducir, ni tienen que saberse de memoria todo el plano de la ciudad como Max Rockatansky (ver el siguiente relato).. no tienen que saber absolutamente nada. Bueno sí, para qué sirven los 4 botones que llevan dentro de la cabina. Y sin embargo estos zoquetes, estos inútiles integrales, no hay año que no se pongan en huelga para conseguir un aumento de sueldo. Qué pasa, queréis ganar igual que un abogado o que un médico por sentar vuestros putos gordos y sudorosos culos en una cabina y pasaros ahí 8 horas sin hacer nada en absoluto? Joder pero si deberíais estar dando saltos de alegría por tener un trabajo. No tengo nada en contra de nadie por su profesión, sea cuál sea ésta. Pero sí que tengo algo contra un colectivo que la única forma que tiene de reclamar más dinero es a base de jodernos a la gente que usa un servicio público como es el Metro. Y cuando digo “jodernos” me refiero a muchas cosas: tener que estar dando explicaciones en el trabajo de porqué llegas tarde, tener que ir enlatado como una sardina junto con otras 60 personas en un mismo vagón, sintiendo el aliento de alguien en tu cogote, por no hablar de su olor a sudor. Por qué todas las huelgas que se hacen en este país siempre se basan en jodernos a los demás? Por qué no les da por regalar ese día los billetes de metro y así joder a los que deberían joder, es decir a sus jefes??
Me la suda cuáles sean vuestras peticiones, vuestras necesidades: no me interesan en absoluto porque yo no soy conductor de metro. E igual que los conductores de metro no se enteran si yo tengo que pelearme con mi jefe por una miserable subida de unos cuantos euros al mes, yo no tengo porque enterarme de lo que vosotros pedís o dejáis de pedir. Os enteráis??. Es asunto vuestro y de vuestra empresa, no mío.

30 minutos después, consigo subirme a otro vagón aún más atestado de gente que el primero, y continuar con mi Descenso a las Profundidades, mientras me juro a mí mismo que tengo que sacarme el carnet de conducir.


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