lunes, mayo 22, 2006

Tiempo


Tiempo...casi puedo sentir cada segundo que pasa de mi vida.... cada uno de esos segundos que ya no volverán nunca. Pensamientos, sensaciones, emociones, lugares, momentos que no se volverán a repetir. Podrán quizás ser parecidos, pero nunca serán los mismos otra vez.

Entonces pienso en mí y en la gente que me rodea. Aquí en mi oficina, pero todas las oficinas son iguales. Todas son copias unas de otras. Nada cambia.

Veo a la gente mirando a las pantallas de sus ordenadores. Es como si nadie se parara a pensar en el tiempo que les queda aquí. Sé que lo hacen. Algunos muchas veces, otros no tantas. Pero todos lo hacen. Sin embargo, nos engañamos a nosotros mismos, intentamos auto-convencernos de que nos queda mucho tiempo aquí, de que haremos todo lo que siempre soñamos. Es la única forma de poder seguir llevando nuestras vidas rutinarias y sin sentido. Pero es mentira. El tiempo pasa deprisa, sin compasión. Quiere llevarnos con él y no espera.

Qué pasaría si todos lleváramos en la cabeza una especie de cronómetro con una cuenta atrás activada, donde apareciese reflejado el tiempo exacto de vida que nos queda, desde que nacemos?

Nos volveríamos locos. O quizás no. Todos querríamos dejar ese trabajo que no nos llena. Querríamos pasar más tiempo con la gente con que deseamos estar. Ir más a menudo a los sitios en los que nos sentimos bien. Besar más a nuestra pareja, decirla más veces Te Quiero, acariciarla, sentir su piel, su vello, mirar sus ojos...esos ojos que podrían estar mirando a cualquier otra parte y que sin embargo están mirándo a los nuestros, en ese preciso instante.

Sin embargo...nadie hace nada. Todos seguimos haciendo las mismas cosas cada día por pura inercia. Nuestra vida es como cada una de las piezas de esos montajes formados por una pequeña bola de metal y cientos o miles de piezas de dominó... la bola se mueve y choca contra la primera pieza....ésta choca con la segunda...y así van cayendo todas las piezas, una a una. Cada una de esas piezas es un segundo de nuestra vida que hemos dejado atrás. Y la bola es esta mierda de mundo que nos hemos construído, que no para de chocarnos y de empujarnos contra la siguiente pieza, sin que nos demos cuenta. Compramos cosas que no necesitamos, tenemos trabajos que no nos interesan ni nos gustan, pasamos la mayor parte del día rodeados de perfectos extraños a los que tenemos que ver por obligación, en el trabajo. Comemos con ellos también. No vemos el sol, no sentimos el viento acariciándonos la cara, los brazos, el pelo... no conocemos gente interesante, no vamos a sitios nuevos ni pedimos platos nuevos porque siempre vamos al mismo sitio a comer, al que más cerca está o al más barato. Apenas nos relacionamos entre nosotros, sólo hablamos hablamos hablamos hablamos y hablamos...pero nunca decimos nada. Esta es la vida que nos han dicho que tenemos que llevar. Se supone que es para ésto para lo que nos han educado. Esto es el éxito. O no? Qué extraños somos.

Y mientras tanto...desperdiciamos lo más valioso que se nos ha dado: la vida. La verdadera vida, lo que nos hace seres humanos, lo que de verdad amamos ... sigué ahí fuera esperándonos. Mientras, nosotros lo único que hacemos es intentar ganar dinero a toda costa, porque lo necesitamos para vivir. O al menos lo necesitamos para vivir porque ási hemos diseñado la bola que nos empuja.

Dicen que el tiempo pasa más rápido o más despacio en función de los recuerdos que hemos ido almacenando en nuestra memoria durante un determinado período de tiempo: cuantos más recuerdos tengamos de ese período, más despacio para nosotros habrá pasado ese tiempo. Y al revés: si no hemos guardado ningún recuerdo durante X tiempo, ese tiempo habrá pasado como un suspiro para nosotros. La pregunta sería: cómo podemos entonces conseguir que el tiempo pase más lento para nosotros?

- Recordando -

Y qué es lo que recordamos? aquello que ha despertado alguna emoción en nosotros en el momento en que sucedió. Si le preguntamos a una persona anciana qué recuerdos son los que tiene más vívidos en su memoria, siempre se remontará a su infancia o como mucho a su adolescencia y juventud. No nos dirá que recuerda algo de cuando tenía 40 ó 50 años. Por qué? porque es en la infancia y en la adolescencia cuando hacemos las cosas por primera vez. Y estas primeras experiencias despiertan emociones en todos nosotros. Y las emociones, provocan recuerdos en la memoria.

Así que lo único que tendríamos que hacer para que el tiempo transcurra más despacio desde nuestro subjetivo punto de vista sería variar de actividad cada poco tiempo, tener muchos hobbies distintos, viajar muchísimo, conocer sitios nuevos, gente nueva...en definitiva tener nuevas experiencias todos los días. Pero claro, entre las 4 paredes de la oficina es un poco difícil llevar a cabo todo ésto.

Sólo unos pocos afortunados o quizás unos pocos valientes han conseguido evitar la inercia que en algún momento amenazó con dominar su existencia. Se enfrentaron al miedo que infunde el no tener un futuro claro y determinado por delante, y decidieron dedicar su tiempo a lo que realmente les gusta. A su novia, a su familia, a sus amigos, a tener en definitiva tiempo para ellos. Para mí, son como héroes. Son sabios. Nosotros no somos nada. Sólo somos un número en una cuenta bancaria. Somos actores interpretando una obra de teatro durante la mayor parte del tiempo. Unos idiotas que no se dan cuenta de que la vida se nos escurre entre los dedos como la arena de una playa abandonada muchos años atrás...olvidada por todos. Sobre todo por nosotros mismos. Somos imbéciles y ni siquiera nos hemos dado cuenta. Y seguro que cuando lo hagamos, será demasiado tarde.

Miremos en nuestro interior...encontrémonos a nosotros mismos...miremos más allá de las barreras que nosotros mismos nos hemos puesto para intentar parar esa bola de metal que nos empuja hacia la muerte a cada segundo que pasa...o al menos para frenarla. Acerquémonos a los demás, hablemos menos y digamos más cosas. Sintamos más. Pongámonos en el lugar del otro. Dejemos que la empatía fluya desde nuestro interior y no la obstruyamos. Dediquémonos a lo que nos gusta, aunque ganemos una mierda y seamos una puta mierda para aquellos a los que la bola sigue empujando sin piedad.... Vivamos...

... porque mientras tanto, las piezas del dominó siguen cayendo .... una a una.... lentamente.... y la última pieza está cada vez más cerca.


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6 comentarios:

Anónimo dijo...

"Qué pasaría si todos lleváramos en la cabeza una especie de cronómetro con una cuenta atrás activada, donde apareciese reflejado el tiempo exacto de vida que nos queda, desde que nacemos?"

Buenísimo parráfo. Te felicito por el blog. Ya tienes un nuevo lector. Dale duro.

Khalita dijo...

"sensaciones, emociones, lugares" "todas son copias unas de otras" Me recuerda a la letra de una canción de hace mil años. Creo que era de Nash con la colaboración de Nona... "Recordando sensaciones, emociones y lugares" "Los días son copias unos de otros"...

Ciertamente vivimos robotizados. Plantearse las cosas como tú propones es poco menos que un reto personal de gran magnitud. Luchar contracorriente, buscar la plenitud en lo que consideramos la mayoría de las veces como "pequeñas cosas", pero que en realidad son las que nos hacen sentirnos vivos...

A veces pienso que realmente el tiempo va tan rápido que apenas te da tiempo de pensar en nada más que en poner el despertador para el día siguiente y pensar en la apretada agenda de tu curro, las facturas que hay que pagar y el poco tiempo que tienes para hacer todo lo que "tienes" que hacer (lo cual no es poco para pensar).

Me recuerda a hace años, cuando aún era una niña, que me leí aquél memorable libro de Michael Ende: Momo. Los hombres grises que nos roban el tiempo... Es horrible lo actual y real que puede ser...

Y sin embargo, me aferro a seguir currando media jornada. Aunque no pueda permitirme apenas lujos, aunque tenga que hacer juegos malabares con los escasos dígitos de mi cuenta corriente para conseguir llegar a final de mes, aunque en ocasiones me sienta fastidiada por no poder hacer los viajes o las cenas que me gustaría... Tengo otras cosas que me compensan por ello. Quiero mi tiempo y haré lo posible por defenderlo con uñas y dientes si hace falta. No me considero una de esos valientes que tú mencionas, pero lucho lo que puedo...

Un beso.

Sonja dijo...

Pues mira, tienes toda la razón, voy a intentar disfrutar más y ser un poco más valiente, o más niña, porque quizá la clave esté en no ser tan "maduro" y disfrutar de la vida como cuando la teníamos enterita por delante.

:***

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

Por eso cada día me jode más tener que dormir